¿Cómo se penaliza un fraude eléctrico?

Hoy en día los fraudes eléctricos se han vuelto muy comunes. Cada día son más las noticias que vemos relacionados con este tema, lo cual es muy preocupante y nos hace reparar en el alto coste de la vida. Ahora las facturas de luz son cada vez más impagables, por lo que muchas familias recurren a llevar a cabo estafas relativas al consumo de energía eléctrica, lamentablemente poniendo en riesgo su vida y produciendo perjuicios económicos para aquellas personas que sí pagan su factura correctamente.

Como se mencionó anteriormente, las consecuencias de los fraudes eléctricos no solo afectan a las personas que los cometen, sino también a los que no los cometen. Por ello, enseguida vamos a exponer aquellas penalizaciones que reciben los actores de los fraudes eléctricos y cuál es el castigo por parte de la ley que les corresponde por haber cometido dicho acto ilícito.

El fraude eléctrico, ¿qué es?

Desafortunadamente, el fraude eléctrico es una actividad que hoy en día se comete con mucha regularidad, aunque varias personas no lo definen por ese nombre. Algunos también conocen esta actividad como “defraudación de fluido eléctrico”, según lo que dicta la normativa sectorial y el Código Penal. Se trata de un delito que consiste en evadir la legalidad de lo que en el sector eléctrico se dividiría de la siguiente manera:

  • Acciones que inciden en la red del distribuidor: normalmente se tratan de enganches directos en la red de distribución o la instalación de otro consumidor, sin haber suscrito un contrato de suministro eléctrico. También pueden tratarse de derivaciones para brindar suministro eléctrico a una instalación no establecida en el contrato correspondiente.
  • Acciones sobre los equipos de medida y control: cuando se altera el registro del consumo eléctrico, se comete este tipo delito. Por lo general, se logra manipulando los aparatos de medición, principalmente el contador ya sea mediante puentes, inversión de las conexiones, montaje de imanes y demás artimañas que permitan reflejar un consumo no real de energía eléctrica. También es posible lograr este mismo efecto manipulando los relojes o discriminadores del ICP, precintos y empalmes para abaratar la factura de luz.

Todas esas trampas son penalizadas duramente por la ley española. Sin embargo, hay que tener cuidado con lo que se considera fraude eléctrico y lo que se considera anomalía. A continuación, ejemplos de anomalías en el ámbito de la electricidad no penalizadas:

  • El personal autorizado por la empresa suministradora del servicio eléctrico no puede acceder a los equipos de medición y control, en horas hábiles, por lo que no pueden realizar la lectura del consumo.
  • Errores en los equipos de medida ocasionados por una mala instalación de los mismos, pero que no afectan la capacidad de lectura de los mismos.
  • Inconvenientes con los contadores y equipos de control originados por una mala configuración o programación de los mismos. Esto puede causar errores en las mediciones, al igual que problemas en los sistemas informáticos asociados a los contadores y equipos de control.

En el caso de las anomalías, el consumo eléctrico a pagar se vería alterado de manera no intencional, por lo que puede resultar a favor o en contra del consumidor. De todas formas, si se detecta una anomalía lo mejor es reportarla de inmediato, pues, a pesar de que no te esté afectando a ti, probablemente esté afectando a otro cliente injustamente.

Repercusiones del fraude eléctrico

La energía eléctrica generada siempre difiere de la medida demandada por los consumidores. Esto es así porque la energía eléctrica generada siempre se debe ser superior para evitar fluctuaciones que dañen los equipos eléctricos de los consumidores. Por ello, los generadores eléctricos han de tener ciertas pérdidas de red, las cuales normalmente se producen en el calentamiento de los tendidos, cableado e instalaciones de transformación. Pero también en los fraudes eléctricos, siendo indeseadas estas pérdidas eléctricas.

La mejor manera de entender los fraudes eléctricos es como aquel consumo del cual no se tiene registro. Es decir, es un consumo real que no se asigna a nadie, por lo que nadie debería pagar por él. Muchas empresas suministradoras de energía eléctrica ya asumen estas pérdidas y tienden a producir mucho más de su demanda medida para no tener problemas. De hecho, expertos han realizado investigaciones en las que han encontrado que la diferencia de energía eléctrica generada en las barras centrales y la energía eléctrica generada cada vez es mayor a medida que pasan los años, lo cual es clara señal de que existen más fraudes eléctricos en la red.

De ahí a que algunas empresas sufraguen esas pérdidas cobrando una tarifa extra a las personas que sí pagan correctamente su factura de luz. Todo se traduce en que a medida que crecen los fraudes eléctricos, crece de igual forma la factura de luz para todas las personas que gocen del servicio. Algo injusto, pero que las empresas deben realizar para mantener sustentables y óptimas condiciones sus servicios. Estadísticas matizan que los fraudes eléctricos en España representan un coste a los consumidores en el orden de los cientos de millones de euros al año, llegando inclusive a superar los 1000 millones del año. ¡Increíble!

Por eso las personas honestas se han encargado de dar las voces de alarmas con respecto a los fraudes eléctricos en los últimos años, pues son ellas las que tienen que cubrir las pérdidas que esta actividad ilícita provoca para las empresas. En definitiva, los fraudes eléctricos no afectan de ninguna forma a las empresas, solamente los consumidores españoles que tienen que pagar una factura de luz cada vez más alta.

Así se penaliza el fraude eléctrico

Una vez que se detecta el fraude eléctrico, la empresa suministradora cortará el servicio y calculará el consumo en base a 6 horas por año y según el producto de la potencia que se ha debido a contratar. Luego el comercializador se encargará de cobrar el importe estimado. Por ejemplo, para un consumo anual de 3.500 kWh y una potencia de 5,75 kW, la persona que ha cometido el fraude debe pagar 1500 euros, siguiendo los siguientes cálculos: 5,75 kW x 6 horas x 365 días = 12.592,5 kWh y en base a una tarifa de 12,5 cént. €/kWh. La multa puede ser peor o menos alta dependiendo las particularidades de cada fraude, también puedes solicitar los conocimientos de un abogado con experiencia en fraudes de este tipo que te ayudará y aconsejará en el proceso.

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